Puente Colgante de Amposta
El puente colgante de Amposta se ha convertido en uno de los símbolos arquitectónicos más representativos de la ciudad. Construido en el año 1915, supuso una notable mejora en las comunicaciones entre los pueblos del Delta del Ebro, puesto que fue el primer paso permanente para cruzar el río en su tramo inferior.
El puente destaca por las dos grandes pilastras de piedra que en forma de arco de triunfo se erigen a cada uno de los lados del río. La estructura del puente, sostenida por cables, fue una obra de ingeniería innovadora a la época en que se construyó.