Catedral de Santa Maria de Tortosa
La Catedral de Tortosa es, indudablemente, el conjunto arquitectónico más destacado de la ciudad. El actual templo gótico, iniciado en 1347, fue diseñado según el estilo del siglo XIV y ocupa el emplazamiento de la antigua catedral románica, de la cual sólo restan algunos vestigios en muros y ventanas. El edificio es de planta basilical, con tres naves y capillas laterales. La nave central, el claustro y la capilla de la Virgen María de la Cinta son algunos de los puntos más recomendables para visitar.
Tampoco pueden pasar desapercibidos los dos retablos situados en la zona del ábside. En el presbiterio encontramos el retablo románico de la Virgen de la Estrella que está construido con madera dorada y policromada. El otro, situado en la capilla central, es el retablo de la Transfiguración, obra de la segunda mitad del siglo XV que se ha atribuido al famoso taller de Jaume Huguet.
El claustro gótico es de planta trapezoidal con galerías formadas por arcos apuntados. Sus naves contienen una importante muestra de lápidas. También se encuentra el acceso al antiguo comedor de los canónigos (actualmente habilitado como sala de exposiciones) y también una de las principales entradas al Templo.
La capilla de la Virgen de la Cinta está situada en uno de los extremos de la nave central. Fue construido entre 1672 y 1725 y destaca por el retablo con la imagen de la Virgen de la Cinta. Las impresionantes pinturas murales y los recubrimientos de mármol cobrizo (extraído de las afueras de la ciudad, de la denominada cantera de la Virgen de la Cinta) la convierten en una clara muestra de arquitectura barroca.
Gran parte del tesoro de la Catedral fue perdido durante la guerra civil española. A pesar de eso, se conserva un gran número de códices, el tapiz medieval de la Santa Cena, una arqueta árabe de madera y marfil, la platería del altar mayor.