Esta raza tiene en el sur de Tarragona su último baluarte, y recibe el nombre de Rasquera en honor del municipio donde se ha conservado mejor. Seguramente es la población de cabra blanca celtibérica que vive más próxima al mar. Es muy apreciada por la textura compacta y el gusto intenso de la carne del cabrito, y por la calidad de sus crestons - los cabritos castrados y engordados durante 12-18 meses. El consumo habitual de la su carne es en escabeche. La producción es bastante estacional: se concentra en el otoño para vender los cabritos por Navidad.