Si queremos conocer Amposta, uno de los puntos imprescindibles de visita es el Castillo, una antigua fortaleza del siglo X defendida por murallas árabes y medievales.

Fue construido en la orilla del río Ebro, sobre un asentamiento ibérico. En el siglo XII fue conquistado por Ramon Berenguer IV y se convirtió en la sede de la orden de Sant Juan de Jerusalén de la Corona de Cataluña y Aragón. Tras sucesivas guerras fue abandonado y se convirtió en una cantera de dónde se sacaban los bloques para abastecer otros edificios de la población. Más tarde se instaló un molino arrocero.

Una serie de paneles informativos permiten recorrer el recinto que actualmente conserva la base de la torre de Sant Joan, el fosso y unos esbeltos arcos de piedra situados al lado del río. Además, también se pueden visitar unos silos ibéricos y restos del molino.

El conjunto fue adquirido por el Ayuntamiento de Amposta y actualmente concentra buena parte de la actividad cultural de la ciudad ya que se ha instalado la Escuela de Arte, la Biblioteca Sebastià Juan Arbó o el Institut d'Estudis Comarcals, entre otros.