El Festival de Músiques en Terres de Cruilla (FMC), es un festival que transmite la esencia de la música y la danza en medio de los territorios de habla catalana. El Festival, que ya ha celebrado los 10 años de vida, ha reunido en este tiempo a más de 200 formaciones artísticas, más de 300 músicos y ha desarrollado diez jornadas técnicas en las que se ha trabajado la intersección entre la música de vientos, interpretada por la Banda de Música, con otras disciplinas artísticas como las artes plásticas, la literatura o la danza, entre otras.

Una de las actividades centrales del Festival es el concierto de la Banda de Música de la Agrupació Musical Senienca, que ha reunido a diferentes artistas de diversas disciplinas de todos los territorios de habla catalana, con especial representación de profesionales y amateurs de la Franja. Algunos de los artistas participantes han sido Claudio Sana, Franca Masu (Alguer), Carmen París (franja Aragón) Pep Gimeno Botifarra y Andreu Valor (País Valencià), Miquela Lladó (Illes Balears), Quico el Cèlio, el Noi i el Mut de Ferreries, Montse Castellà y Joan Rovira (Terres de l’Ebre), entre otros. También se han producido espectáculos en los que la Banda ha interactuado con varios artistas de otras disciplinas como la danza, con Sonia Gómez, Raquel Gualtero, Roberto Olivan, Sol Picó, entre otros; o las artes visuales con Roser Gay, Ignasi Blanch, Elisabet Sabala o Sergi Palau.

Después de diez años de recorrido, el FMC cambia de rumbo y apuesta por las formaciones musicales de viento tanto a nivel amateur como profesional. Lo que se pretende con esta nueva etapa es promover, juntamente con las escuelas de música de las bandas, los músicos amateurs y profesionales vinculados, su capacidad formativa, de generar sinergias con otras manifestaciones y productos musicales y culturales, así como introducir en la formación musical aspectos orientados a la creatividad, la innovación y la profesionalización de las personas que forman.

El proyecto aportará otra manera de ofrecer la producción propia de música popular y de raíz tradicional a los visitantes o a los recién llegados, al margen de las propuestas turísticas y culturales habituales, poniendo énfasis en crear circuitos por los territorios de habla catalana empezando por Terres de l’Ebre y priorizando el mundo rural y los pueblos con menos habitantes que difícilmente pueden tener una programación cultural.